Uno de os "últimos" lanzamientos para la colección permanente de Lush fueron los exfoliantes corporales sólidos, productos similares a las mantecas, a medio camino entre barritas de masaje e hidratantes, pero en este caso con la finalidad de exfoliar. Lush tenía ya su famoso Sugar Scrub (os hablé de él aquí), pero han ido un paso más allá. Si bien Sugar Scrub era potente, estos nuevos son digamos, más para todos los públicos.

Y le pusieron tanto entusiasmo que a uno de sus nuevos exfoliantes (sacaron dos en un principio y una tercera edición en navidad, y como yo lo de elegir no lo llevo bien los voy a probar todos), que uno de ellos llegaron incluso a hacerlo similar a uno de sus best seller, el exfoliante Rub Rub Rub. Pero yo voy a empezar por el otro, por el de nombre largo e impronunciable: The Rough with the Smooth.
El formato me gusta pero como Lush y yo nos conocemos hay que saber un par de cosas sobre él: que no se debe meter debajo del chorro de agua y que hay que tener cuidado a la hora de guardarlo, en ambos casos de cara a que no se deshaga. Es interesante quizás tener la lata cuadrada para conservarlo (supongo que la forma que le han dado al exfoliante tiene la finalidad de poder conservarlo en ella) pero sin tapar, ya que de lo contrario la humedad puede reblandecerlo y propiciar su desaparición prematura. No obstante con el paso de los usos es inevitable que sea cada vez más blandito, así que sí, al principio se frota la pieza ...