Los espejos, tradicionalmente utilizados en dormitorios, vestidores y recibidores por su utilidad para vernos reflejados, están encontrando un nuevo papel en el mundo del diseño de interiores. No solo sirven para personal grooming o como complementos decorativos independientes, sino que también se están incorporando como un material versátil en la fabricación de mobiliario y otros accesorios del hogar, como lámparas, donde su uso va más allá de la funcionalidad básica.

Su aplicación en el revestimiento de muebles y como componente principal en accesorios decorativos tiene como objetivo principal ampliar visualmente los espacios y multiplicar la claridad de las estancias. Esta técnica se emplea con frecuencia para crear un efecto de mayor amplitud y luminosidad en áreas reducidas o poco iluminadas.
Una de las innovaciones más interesantes en este ámbito es la incorporación de espejos en las lámparas de iluminación. Estos diseños únicos utilizan espejos como material principal para las pantallas de las lámparas. A diferencia de las pantallas tradicionales que permiten que la luz se filtre a través de ellas, las pantallas de espejo son completamente opacas, lo que significa que la luz solo puede escapar a través de aberturas específicas. Esto, a primera vista, podría sugerir una reducción en la claridad, sin embargo, el efecto se compensa con la capacidad del espejo para reflejar la luz, multiplicando su intensidad dentro de la habitación.
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