Hemos encontrado la curiosidad de esta semana en las costas de Penang. Unos gruesos y desgastados muros de hormigón y las robustas columnas de un antiguo almacén nos aseguran un marco muy especial.
Un espacio semi-abierto, interior con jardín. Las vigas y paredes desgastadas dan una sensación de ruina equilibradas con plantas y elementos restaurados. Una decoración austera, con sillas y mesas sencillas combinadas con taburetes modernos, lámparas de esmalte y cubos de metal. Un interior sucio, pero que una vez te adentras en el, estoy segura que como yo, encontrarás ese algo especial.
La cocina está separada por un lado, por una puerta de cristal con marco de metal de la parte comedor, en el otro lado por persianas. Las lámparas industriales colgantes consolidan esa atmósfera industrial y mugrienta.
El hormigón en la zona de los dormitorios está menos desgastado y el suelo de madera, lo hace menos frío y más acogedor. Dominan las camas dobles simples, con sábanas de un impoluto blanco. Sobre las camas nos encontramos los típicos mosquiteros y unas sencillas lámpara esmaltadas son el único elemento decorativo.
En el baño, los lavabos de hormigón y los grifos de tubería vista pintada en negro, irradian un ambiente de fábrica siguiendo la línea que estamos viendo.

En la calle apenas se destaca del resto de las casas. Sin embargo, su exterior desgastado se refleja también en el interior. En el vestíbulo, 5 bicicletas están disponibles no sólo para h...