El grupo aromático acuático tiene un posicionamiento medio dentro de la historia de la perfumería, ocurriendo las primeras referencias a este estilo en el uso del ámbargris que corresponde a una secreción del sistema digestivo de los cachalotes, las cuales inicialmente tienen un aroma fecal que se suaviza después de estar meses o años a la deriva en el mar secándose con el sol al llegar a las orillas de las playas, tomando una apariencia similar al ámbar con un dejo de musk y arrastrando una componente de yodo y aroma de mar infusionada durante sus años de maduración.

Luego del ámbargris, las primeras propuestas acuáticas incluyeron referencias a maderas  toscas cercanas al ciprés y a concentraciones de lavanda que pudieran crear un efecto de algas marinas y espuma salada de mar, la cual se mantiene en la actualidad y puede ser apreciada en champús, productos de baño y limpiadores de pisos del hogar, existiendo algunas modernizaciones que incluyen extractos de algas marinas con fines terapéuticos para la piel y el cabello. Dentro de este grupo más bien verde aparecen tonos vegetales neutros como el melón verde y el pepino, algunos aportes diluidos de cítricos y líneas de enebro, salvia y helechos. Curiosamente el aceite esencial de salvia contiene esclareol, el cual se usa para sintetizar la molécula de ambroxán que es la versión sintética del ámbargris y que está en uso desde los años 50.
Aproximadamente a partir de finales de la década ...