Que soy hiper fan de los champús sólidos de Lush no es nada nuevo para vosotras. Estáis hartas de ver en mi cuenta de Instagram como compro una y otra vez la pastilla New, mi champú favorito favoritísimo desde hace más de cuatro años. Y he probado muchos otros sólidos de Lush, casi todos me atrevería a decir, pero hasta ahora ninguno líquido. Y sí, también me ha enamorado. Se trata de Fairly Traded Honey, un champú que tiene por protagonista la miel, y sí, es la repera limonera.

Os confieso que si no hubiese sido en rebajas no lo habría comprado, porque es uno de los champús más caros que tiene Lush, pero ¡qué champú Artistas!... La verdad es que ahora me doy cuenta de que lo había comprado anteriormente para mi madre, que tiene psoriasis de contacto en el cuero cabelludo y esta monada aporta hidratación que es un gusto. Pero no solo eso, deja el pelo más suave y más suelto que hayáis visto nunca, y como sabéis mi melenote es considerable. Y sin necesidad de usar nada más: ni acondicionadores, ni mascarillas, ni nada... o al menos así lo he puesto a prueba yo. Y brillo, también aporta brillo.
Es ligeramente pegajoso, no puedo decir que la textura que tiene no recuerde un poco a la miel (salvando las distancias vaya, no es tan espeso), pero bueno, se usa en la ducha, con agua, así que su textura no es un inconveniente, tan solo una anécdota. Es caro sí, pero en su defensa tengo que decir que no he visto un champú líquido que cunda tant...